viernes, 25 de mayo de 2007

Casos no tratados en clase

En la vida siempre hace falta un detalle, o sobra alguno. Si de detalles se tratara, es mejor que vayan por sí solos a donde tengan que llegar. Pero han quedado desperdigados por el mundo todos los detalles que nadie recordó, más los que fueron arrancados de cuajo de las solapas de cada oportunidad perdida, de cada regalo rechazado, de todos los labios resentidos, de los besos que mintieron y de las miradas que no dijeron lo que realmente pensaban sus bocas. Han quedado tantos detalles en esquinas, plazas y bares, que conforman un nuevo paisaje urbano, un nuevo sector social y un recurso del estado, un bien de valor incalculable. Ya hay un editor que quiere publicar una enciclopedia de detalles, una especie de compendio de todas aquellas cosas que los seres humanos han acumulado por exceso o por carencia. Llama la atención que la gente habla de detalles en todas partes: en las salas de espera de los consultorios, en los semáforos, en el trabajo, hasta en la cola del pan. Incluso han instalado una cámara y un micrófono en centros estratégicos para que todas las personas de lo deseen, puedan tener el detalle de confesar qué detalle les gusta más que todos o qué detalle están necesitando. Se acaba de abrir una página de avisos económicos en la que unos ofrecen comprar detalles y otros los venden. Hasta se hacen canjes de detalles para toda ocasión.
Los vivos son los que se roban detalles que otros han tenido primero, o que no han tomado en cuenta pero que imaginaron. Dicen que se ha creado todo un circuito informal en el que pasan los detalles de mano en mano, a cambio de monedas o billetes. Hay lugares donde quienes tienen prisa consiguen un detalle perfecto para salvar la noche o la soledad, según. También se ha creado una lista de detallistas, tipos muy preparados en la sofisticación y la excelsitud de configurar un marco adecuado para cada detalle. Qué detalle hace falta, qué detalle ha pensado, qué detalle tiene en mente, qué detalle. Todo lo pueden. Hasta el gobierno está considerando crear una secretaría para acoger críticas en detalles, y propuestas de detalles que contribuyan a la mejora de la calidad de vida. En este detalle se está trabajando arduamente: en que no hagan falta y en que nadie los recuerde. Pero son tantos, que han desarrollado órganos reproductivos que imitan el cariño humano...Basta que se rocen para que se pleguen o se dupliquen, y conforman colonias de detalles adosadas a las cortezas de los árboles y hasta colgadas de las nubes. Algunas naciones quieren apropiarse de los bancos de detalles. Algunos millonarios excéntricos desean apoderarse de todos los detalles: desde los más antiguos hasta los más crudos y en estado incipiente.
La materia prima del detalle está en el descanso, pues es en estado de lascitud que el ser humano se vuelve más considerado y empático. Es en los momentos de silencio, sosiego, calma y encanto, que los detalles se arriman al mejor amigo para susurrar su planteamiento de existencia: antes y después de la siesta, o en medio de la respiración. Algunos dicen haber soñado detalles alucinantes. Cuando narran sus experiencias con detalles femeninos o andróginos, refieren haber conocido algo inexplicable.
Los detalles sobran, sólo hace falta necesitarlos o recordarlos a último segundo, cuando estamos dudando si seguir o no seguir existiendo. Y esto es lo que mata al detalle: la duda.
Pero eso es otro detalle. Ahí está...como decía Cantinflas...

2 comentarios:

teresa dijo...

Siempre se ha dicho que son los detalles los que marcan la diferncia, pero esto tiene que nacer,no se puede forzar, poq si no, no sería un detalle, sería una obligación. Yo pienso que es tan fácil tener un detalle con alguien, y no se trata de nada económico, en la naturaleza hay un montón de detalles que no cuestan nada, y la imaginación está para algo, solo tienes que querer tenerlo. Os anímo para que hagais vuestro comentario, "sería todo un detalle", y a ti Paco no te faltan.

Anónimo dijo...

Con los detalles me pasa como con los pelos, tengo miedo de quitarlos y descubrir que no hay nada...

La vida está llena de pequeños detalles, lo que no es seguro es que haya vida. Además, los piscis vivimos flotando en las minucias, si no nos caemos tal vez lo que falta es el fondo.